Cansado de tu vida y de tus metas inalcanzables, decides salir una noche de fiesta a comerte el mundo, a demostrarle a la vida que a pesar de todos los baches conseguirás disfrutar y sonreírle de vez en cuando. Siguiendo esta premisa, nuestro protagonista decide salir una noche, sin ningún tipo de objetivo a la hora de intentar ligar o de encontrar a alguien con quién charlar; entonces aparece ella. Risueña, receptiva y sobre todo intrigante, se muestra aquella bella dama a la que decide conquistar. Tras horas de charla y miradas penetrantes, nuestro protagonista consigue conquistar a la chica y pasan la noche juntos. A la mañana siguiente lo primero que hace es observar detenidamente a la persona con la que ha compartido esa noche de lujuria y desenfreno, al poder conocerla en todo su explendor se da cuenta que lo que anoche parecía un amor eterno, por la mañana es otra historia. Descubre los primeros defectos tras tanta supuesta perfección y busca la manera de evitarla. ¿A cuántos de nosotros y nostras nos ha pasado esto alguna vez?
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