Dios Padre, una representación humanizada del Todopoderoso en un contexto español de posguerra, está sumido en un profundo pesar tras comprobar que la Tierra apenas ha mejorado tras haber enviado a su hijo, Jesucristo, para la salvación de la humanidad. Dios duda sobre la posibilidad de repetir la operación para ver si esta vez tiene un resultado más efectivo, por lo que se plantea una nueva inmaculada concepción. El plan suscita la oposición del propio Jesús, quien considera que el envío de un segundo Mesías supondría la reescritura de la Historia. Otra dificultad añadida consiste en encontrar una mujer virgen, un objetivo más complicado que en el primer intento. Estos obstáculos llevan a Dios a cambiar de idea, persuadido por Jesucristo de que el mundo necesita antes un buen Apocalipsis que un nuevo Redentor.
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